CIENCIA
El problema de los liposomas líquidos (tanto inyectables como orales) es que se degradan con bastante rapidez y tienen una semivida corta. También es más probable que se descompongan en el estómago, aunque esto no quiere decir que sean ineficaces, sino menos estables. Los liposomas líquidos tienden a mostrar una baja solubilidad y, a veces, fugas de las moléculas encapsuladas.
Se han inventado algunos métodos innovadores para solucionar estos problemas y, de ellos, los llamados prolipsomas han sido los más prometedores. El desarrollo de estos liposomas secos comenzó en la década de 1980 para su uso en el mundo farmacéutico.
Los liposomas LipoCellTech™ son, de hecho, proliposomas.
La estabilidad de los prolipsomas es muy superior a la de los liposomas líquidos normales. Se trata de un material granular seco y fluido (polvo), que forma inmediatamente una dispersión liposomal al entrar en contacto con el agua o con un fluido biológico del organismo. Cuando los polvos secos se hidratan con agua o fluidos corporales seguidos de una mezcla suave, (como en el estómago), el contenido se dispersa rápidamente para dar lugar a una suspensión liposomal en la solución acuosa. De hecho, LOS LIPOSOMAS FORMADOS, UNA VEZ RECONSTRUIDOS EN EL CUERPO, SON SIMILARES A LOS LIPOSOMAS CONVENCIONALES Y MÁS ESTABLES Y DE TAMAÑO UNIFORME.
En resumen, nuestros liposomas secos (proliposomas) son más estables, por lo que tienen una vida media más larga. De esta forma se garantiza que una mayor cantidad de los ingredientes de los liposomas lleguen intactos a las células. 1, 2.
Foto de un solo liposoma en polvo LipoCellTech™ tras entrar en contacto con fluidos corporales. Los fosfolípidos están en el exterior y los ingredientes en el centro. Ampliada 30.000 X con un microscopio electrónico.